El País, 9 de Diciembre.

Por fin somos ya una mayoría de españoles, que aboga por la recuperación de la lucha climática.
Nuestro medioambiente hoy en día es venenoso en las grandes ciudades y su zona de influencia, en total, afecta al 82% de la población mundial.
El gran problema, es que no lo vemos y como somos una sociedad basada en las imágenes, en “lo que se ve”, no asociamos la enfermedad y las pandemias a un elemento que no vemos, el aire, pero que consumimos diariamente todos los seres vivos, para continuar viviendo.
Como el proceso es global, la repercusión es tremenda, porque al aire contaminado que respiramos hay que añadir la contaminación de los productos que comemos y bebemos, de la tierra y del mar.
Hemos entendido que el aceite de palma, el azúcar, la sal, etc, etc en proporciones altas, nos enferman. Pues el caso del aire es mucho peor , porque lo consumimos en orden de 10.000 litros de media, por persona y día.
También hay que tener en cuenta que controlar el aire, no es lo mismo que controlar el azúcar o el aceite de palma. Requiere de una implicación personal, sencilla, pero esencial, aprender a respirar correctamente, para adaptarnos a la situación, entenderla y tomar las medidas adecuadas para resolverla. El cambio en las grandes corporaciones que son grandes contaminadores será complicado y largo. Pero individualmente es mucho más fácil.
Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia.